GRACIAS POR RECORDARNOS NUESTRA MEXICANIDAD, CHAPO GUZMÁN
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ
Los Ángeles 13 de julio del 2015. Ayer me desayuné con la noticia de la “pelada” del bote de Joaquín (el Chapo) Guzmán. “Segunda vez que se pela,” me dije “y contando.” Luego concluí que precisamente le debemos al famoso sinaloense que nos exhiba ante el mundo, precisamente lo que tenemos de mexicanidad. ¿Y qué tenemos de mexicanidad?
Para poder contestarme me voy a basar en lo que escuché y vi en las noticias sobre la huida de Guzmán Loaera. Primero el inconcebible concepto de que nadie escuchó la perforación del túnel directamente a la regadera de la celda. Segundo, la casa desde donde se hizo el túnel a media construcción en un terreno cercano a la penitenciaría y tercero la igual cercanía del mismo inmueble a la zona militar ahí al otro lado del penal dizque de máxima seguridad.
Primero me asombra mucho que los que diseñaron la perforación del pasillo lo hayan hecho con tanta precisión y directamente hasta debajo de la regadera del baño de la celda del famoso reo. ¿Nadie supo, nadie escuchó en todo el tiempo que había máquinas trabajando en el subsuelo? ¿Adió?
Segundo, la casa que se utilizó para el comienzo de la perforación, nadie cuestionó que se estuviera construyendo en un terreno muy cercano a la prisión. Según escuché en las noticias, el mismo inmueble, no contaba con ningún permiso. A lo anterior hay que agregarle que el presidente municipal priista de Almoloya estado de México, es dueño de ese terreno.
Tercero, ahí en la misma área y cercando a todo el terreno, están las instalaciones militares del glorioso ejército mexicano. ¿No les pareció sospechoso a los sardos que se estuviera haciendo una casa precisamente a un lado de ellos y del penal? Nuevamente ¿y nadie cuestionó nada?
Las respuestas a los tres puntos todas son negativas, nadie supo, nadie escuchó, nada llamó la atención. Todo fue de lo más normal. Las condiciones cotidianas en los alrededores, todo como dijo Jorge Eduardo González Arana “aquí no pasa nada, todo está bajo control.”
La siguiente pregunta de rigor es ¿cuánto dinero se distribuyó y a quienes para que nadie se fijara, para que nadie escuchara, sobre todo para que nadie tomara nota por todo el largo tiempo que duró la planeación, perforación y claro por fin la fuga del narcotraficante?
Todo el proceso está lleno de corrupción claro está, pero todo está también tan burdo que la vergüenza que nos llena proviene precisamente de eso. La cruda podredumbre del alma mexicana ahora en estos tiempos del internet, se exhibe con lujo de detalle ante todo el mundo. Lo bueno es que también gracias a los medios cibernéticos, el gobierno de Peña Nieto no tiene excusas.
Por todo lo anterior, sobre todo por la vergonzosa exhibida de mexicanidad que nos dio ante literalmente todo el mundo, tenemos que darle las gracias al Chapo Guzmán.
Amigo lector, si usted no comulga con la opinión de este servidor, yo quiero conocer la suya, gracias.