JORGE EDUARDO Y LA PUERTA DE ALCALÁ
POR  JUAN RAMÓN ÁLVAREZ

Los Ángeles 22 de junio del presente. En España existe una canción hermosa que se llama “La puerta de Alcalá.” La trova se refiere precisamente a los arcos que permanecen desde hace algunas centurias en la ciudad de Madrid.

En ese poema-canción el autor nos dice que la puerta “ahí está viendo pasar el tiempo.” Esa cualidad del ícono madrileño, también la tenemos en Tepatitlán solo que aquí en contraste con la capital de la madre patria, esa –virtud- es el sello que hace realidad el alcalde Jorge González Arana.

En ocho días el  presidente municipal va a cumplir en el cargo nueve meses, es decir 25% de su periodo del trienio. En esa fase Jorge Eduardo se ha dedicado exclusivamente a ver pasar el tiempo. ¿Obras? ni de chiste. Proyectos tal vez los tuvo el día que llegó pero desde entonces su frase favorita y que sus colaboradores dicen que él repite como respuesta a cualquier sugerencia, es “no hay presupuesto.” En otras palabras, el alcalde no ha hecho nada y como dijo don Teofilito “ni hará.”

¿Qué ha pasado con la intención del acueducto para surtir de agua a Tepa desde la presa de El Salto? ¿Qué tenemos en seguridad pública? Y si ni siquiera puede apagar el incendio del basurero municipal ¿sacará un perro de una milpa?

El primer edil se la pasa cómodo en su gran sillón de la oficina, tranquilo  –hace su día- y sanseacabó, que el mundo ruede. Los planes con los que llegó el primero de octubre del 2012, se le han enfriado como leche hervida que poco a poco va creando nata.

Esa nata, esa costra le ha formado la protección que su mente necesita para lidiar con la culpabilidad de no hacer nada, de no moverse y justificar su exorbitante sueldo y el de la enorme cantidad de empleados innecesarios que llenan las plazas fabricadas  por él mismo.  (Con esas cualidades ¿quién extraña a los del PRI?)

El pórtico en España y el alcalde de Tepa los dos, comparten algo, tienen algo en común. A Jorge Eduardo le queda muy bien lo expresado por el cantautor peninsular en su famosa pieza acerca del portón mencionado. Pero en contraste, la entrada a la ciudad europea seguirá ahí por otros muchos siglos mientras a González Arana le quedan exactamente dos años tres meses para evacuar la oficina de la alcaldía.

Ambos el presidente municipal tepatitlense y el ícono que son los arcos de la metrópoli complutense no se mueven, solo ven pasar el tiempo, nada más.

Amigo lector si usted difiere de la opinión de este servidor, yo quiero conocer la suya, gracias.