TEPA Y LA PROFUNDA NECESIDAD DE SANGRE AZÚL
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ
Los Ángeles 8 de abril del 2014. La práctica de elegir reinas no es exclusividad de Tepatitlán, el procedimiento se hace en muchos lugares de nuestra patria pero la usanza o cuando menos algo similar, también se da en otras partes del mundo.
Sin embargo el hábito que se repite con tanto ahínco en nuestra ciudad cada mes de abril, tiene tanto significado en la mente colectiva de Tepa, que prácticamente me es imposible no cuestionar que habrá detrás de esa profunda necesidad psicológica del habitante de la “Perla de Los Altos.”
En Tepa, se busca cada año a una reina, ese es el punto. Los tepatitlenses están ávidos de la nominación, selección y ya no se diga la coronación de una chica que reúna ciertas y elitistas cualidades para que sea nombrada dizque soberana a un puesto extremadamente fugaz.
Con en el peregrino ejercicio descrito en el párrafo anterior, se llena, se satisface la mente colectiva de los ciudadanos con el espejismo de una fémina de sangre azul que los regirá efímeramente por lo menos durante la feria Tepa-abril, es decir por un periodo no mayor a tres semanas.
Huelga decir que la chica elegida ni es soberana, ni gobierna a nadie y mucho menos pertenece a nobleza alguna. Pero eso no importa, lo interesante es que la fantasía fusionada de los habitantes, no hay duda, ocupa una realidad dentro de la mente de los ciudadanos repito, por un máximo de tres semanas.
¿Por qué se tiene esa unificada necesidad psicológica entre los hombres y las mujeres de Tepa?
Yo diría que el hábito primero satisface a los “vivillos” ávidos de dinero. La derrama financiera primeramente entre los del ayuntamiento en turno, no crean que es poca cosa. Y todos los que se llenan las bolsas con el espectáculo de la reina, quizá la fantasía social ni siquiera les importe. Pero no hay duda, prácticamente a todo el resto del pueblo la sola idea de “la reina” les provoca una embriaguez que no logran ni el alcohol ni drogas.
Pero en contraste con esa mencionada euforia de la gente, hace unos meses mi amigo Norberto Servín escribió a lo que se exponían las chicas concursantes en el proceso de selección.
El famoso periodista nos concientizó con su oportuna contribución incluso, de lo que tienen innecesariamente que mostrar de sus cuerpos todas las jovencillas participantes y todo eso, exclusiva y superfluamente en aras del mismo circo.
Durante la feria de abril, en todos los medios de comunicación se enfatiza lo que sienten las ganadoras pero ¿y las penurias de las perdedoras? ¿Será
necesario el sufrimiento por el que pasan esas muchachas? ¿Qué gana la sociedad con esa pesadumbre de las que no fueron elegidas? Este servidor no tiene respuestas.
Conclusión:
El caso es que todo lo anterior sucede exclusivamente por la profunda parvedad psicológica que toma lugar una quimérica vez al año. Esa misma necesidad colectiva de Tepa ¿es la añoranza popular de algo, de alguien de sangre azul?
Amigo lector, si la opinión de usted no coincide con la de un servidor, yo quiero conocer la suya, gracias.