MI MEJOR ALIADA, LA MUERTE
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ

Los Ángeles 25 de mayo del presente. El siguiente no es un escrito sobre necrofilia, sino todo lo contrario, es sobre el amor a la vida que este servidor quiere expresar. Mí placer de ser viviente me hace darme cuenta y apreciar lo que la existencia me ha dado y por ello también sé y sobre todo acepto que un día, todo esto va a llegar a su fin.

El próximo mes de junio voy a tener la bendición, primeramente Dios, de cumplir sesenta años pero las últimas dos décadas paulatinamente me han llevado a admitir mi mortalidad. En mis años mozos intelectualicé lo efímero de nuestra estancia en este mundo como una realidad pero al mismo tiempo como una realidad muy lejana y además si fuese cercana, era para otras personas pero no para mí. En otras palabras intelectualicé el concepto pero no lo asimilé.

Todo eso ha cambiado poco a poco y ahora de forma muy interesante lo he digerido y mejor aún, metabolizado y así es que reconozco en su totalidad el hecho de que se nace, se crece, se reproduce pero igualmente, se muere. Incluso ya no siento tristeza al pensar que el día que Dios me llame, voy a dejar a mis queridos hijos así como a mis adorados nietos.

Lo anterior fue para decir que ahora al estar consciente de mi fin, me doy cuenta que el día que vine a esta vida, el mundo y la humanidad estaban en equis punto. Pero esa reflexión va más allá, esa misma premisa me lleva a concluir que me queda cierto tiempo nada más, para poner mi granito de arena en el planeta para que el día que me vaya, la tierra y con ella los humanos hayan mejorado y por lo tanto avanzado de X a Y.

Por ello es que pensé en la frase –mi muerte, mi mejor aliada.- No tenemos escapatoria de la muerte pero acelerar ese momento es contraproducente en todos sus aspectos.

¿Cómo se acelera el fin de la vida es decir el momento de nuestra muerte? Muy fácil, lo hacemos con drogas, alcohol, tabaco, comida chatarra, falta de ejercicio y no respetando el medio ambiente así como no creando y por el contrario cooperando a crear gobiernos represivos los cuales acaban con la dignidad humana y por ende aumentan el estrés de las personas.

Hacer lo opuesto, no consumir drogas, alcohol, humo de cigarro, comida no saludable y respetar al medio ambiente como a nosotros mismos, es tener calidad de vida y muy altamente probablemente prolongar nuestra existencia en este mundo. Además cooperando con la humanidad para ir creando gobiernos que respeten la autonomía y dignidad del individuo, es igualmente poner nuestro granito de arena para mejorar al ser humano.

El haber puesto en práctica un comportamiento saludable en las formas citadas en el párrafo anterior, me capacitan para decir que la calidad de vida que practico, se lo debo al hecho de haberme de pronto –caído el veinte,- de haberme concientizado y más profundamente, de haber metabolizado el hecho de la realidad de mi fin.

De ahí derivé la modificación de mi conducta con el fin de mejorar mi salud espiritual, psicológica y física pero al mismo tiempo y principalmente, por ende dar buen ejemplo a mis hijos, nietos y el resto de la humanidad. Con ello espero que el día que me vaya, este mundo esté mejor que el día que llegué. A eso me refiero al expresar que la muerte, es mi mejor aliada.

Amigo lector si usted tiene una opinión diferente, yo quiero conocerla, gracias.