FRANCISCO Y LA VERGÜENZA DE AYOTZINAPA
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ
Los Ángeles 14 de febrero del 2016. En el día del amor y la amistad México tiene la bendición de la visita de un hombre que logra mucho pero al cual no le interesa en lo más mínimo lo mundano como el prestigio de los créditos por lo obtenido por él mismo.
El Obispo de Roma, argentino de nacimiento y quien hace poco logró lo que ningún diplomático a nivel mundial había hecho, me refiero a que Cuba y Estados Unidos reanudaran relaciones después de no tenerlas por más de cincuenta años, no se llevó crédito alguno por lograrlo. El mundo entero aplaudió al Presidente americano Obama y a su homólogo cubano Raúl Castro pero nadie ni de chiste, mencionó que todo había sido idea y cabildeo tras bambalinas (“backstage” dicen en Tepa) de Francisco.
Hace muchos años cuando después de varias administraciones de dictaduras militares por fin Argentina en 1983, tuvo un presidente civil, el doctor en leyes Raúl Alfonsín, con él, mundo vio con incredulidad como a los pocos meses de haber tomado posesión, el jefe del ejecutivo suramericano, metió al bote a los generales causantes de tanta miseria en su patria.
El presidente tuvo los tamaños para hacerlo a pesar de que las fuerzas armadas moquearon, amenazaron, gritaron y patearon. En esos tiempos el entonces sacerdote jesuita Jorge Mario Bergoglio fungía como asesor pero de muy bajo perfil tal y como es su estilo, del propio presidente Alfonsín. (Véase la foto al calce).
Lo anterior tomado como premisa ¿será válido preguntarnos qué logrará Francisco en el vergonzoso capítulo mexicano de Ayotzinapa?
Realísticamente mi amigo lector, la respuesta suya es tan legítima como la de un servidor. Usted y yo podemos especular eso sí y por ello concluir que si el Papa se “ha comido puercos gordos” como es el caso de la reanudación de relaciones entre Cubita la bella y Estados Unidos, “cuantimás un costillar” como es el tema de la desaparición de los estudiantes en Guerrero.
Que hermoso sería que el gobierno de “Copetitos” Peña Nieto de pronto y gracias a la actuación tras bambalinas de Pancho, perdón, de Su Santidad Francisco, con los güe…nos deseos en la mano nos dijera a los ciudadanos que ya se descubrió que la vergüenza nacional de los estudiantes desaparecidos, de pronto se tornó verdad.
Que esa misma verdad involucra a la policía estatal de Guerrero lo mismo que a la policía federal, pastoreados ambos entes por las fuerzas armadas y todos ellos bajo la nómina de los carteles.
Yo para nada lo dudo que Bergoglio lo logre aunque definitivamente sin la actuación de él, el gobierno mexicano nos seguirá mintiendo sencillamente por el pavor que “Copetitos” les tiene a los militares. Ah pero ese miedo de Peña Nieto se puede tornar en valentía parecida a la de Alfonsín, gracias precisamente a la bendición de que hoy, día del amor y la amistad, nos visita el que fue asesor del valiente Presidente Argentino.
Con la visita y cabildeo de Francisco ¿cambiará la realidad mexicana y la vergüenza de Ayotzinapa?
Amigo lector, si la opinión de un servidor no comulga con la de usted, yo quiero conocer la suya, gracias.